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Foto del escritorEva Álvarez

Descúbrete a través de la maternidad

Actualizado: 23 jun 2020



De lo que hoy te voy a hablar es de otro momento de los más importantes en mi vida donde caminé un poquito más hacia conocer mi verdad, sin ser consciente de ello.


Como te conté en el post anterior, el año 2013 fue uno de los más maravillosos de mi vida, ya que por fin recibo la noticia de que mi anhelo de ser madre ya está en camino. Como te contaba, se manifestó en medio de una etapa de intensos cambios que estaba viviendo, como suelen hacer los anhelos del alma (manifestarse cuando estás despistada, enfocada en otros cambios). En cuanto a mi deseo de ser madre siempre tuve claro que se trataba de un anhelo del alma, un deseo que no sabía la razón pero sabía que desde bien pequeña tenía claro que iba a ser una realidad en mi vida, algo que sentía bien profundo. Así que cuando lo supe fue una revolución de amor para mi, lo que llevaba toda mi vida anhelando, así que no me lo tomé de broma, comencé un camino de búsqueda de información y autoindagación personal para saber con que tipo de embarazo, parto y maternidad resonaba mi interior. Evidentemente en un primer momento me sentí perdida porque no sabía hacia que vertiente de la maternidad me inclinaba yo, ya que nunca había sido madre y nunca me había planteado determinadas preguntas de camino a serlo.


Antes de nada quiero contar algo importante por si a alguna mujer que busque un embarazo le puede servir. Durante dos años caminé hacia quedarme embarazada sin lograrlo. No me adentré en ningún tratamiento porque simplemente confiaba en la perfección de la vida y en sus momentos, así que intuía que si no conseguía quedarme embarazada era debido a que no era mi momento pero la vida seguro que sabía cual era, y continuaba confiando aunque no entendiese las razones (más adelante si las entendí).


Durante esos casi 2 años atravesé un momento de crisis profesional y personal. Considero que esta etapa fue mi primer despertar a otra realidad a través del coaching de vida (de la mano de Gloria Mendez @proyectoarquimedes), me formé con ella durante 6 meses y me enamoré de su método. Más adelante entré a trabajar de funcionaria (otro de mis deseos cumplidos, por el que trabajé intensamente durante 7 meses en cuerpo y alma. Mi deseo oculto detrás del objetivo de ser funcionaria era poder ser una madre consciente, con tiempo libre y de calidad para mis hijos. Este fue el motor que me llevó a hacerme funcionaria en un tiempo record, me di cuenta más adelante). Una vez comencé a trabajar me sentí insatisfecha y frustrada, no sentía que tenía una vida profesional que me llenase y por otro lado tampoco era madre en ese momento. Sentía que la vida podía ser mucho más satisfactoria de lo que yo la estaba viviendo y tras acudir a varios profesionales encontré la horma de mi zapato. Me adentré en un proceso personal de coaching con Bárbara del Amo, la que más tarde fue mi mentora personal durante un año. Mi mundo interno cambió desde la primera sesión, comencé a ver y sentir la vida desde otro lugar, desde la ilusión y la motivación por cambiar lo que no me gustaba. Así que ese impulso me llevó a cambiar más cosas de mi vida y a ir hacia otros deseos que tenía, uno de ellos irme a vivir con mi pareja David, una experiencia fuera de Galicia.


La vida nos llevó a Barcelona, la ciudad donde nací y crecí mis 7 primeros años de vida. Viví todo este cambio desde la alegría y la ilusión y entendí las razones de porque en pleno cambio me quedo embarazada. Un cuerpo no puede dar vida si no siente vida dentro. Creo que en muchas ocasiones se malinterpretan las dificultades para la concepción como un problema biológico, y para mi, tiene más que ver con el momento vital simplemente. Si una mujer no siente vida en su interior difícilmente su cuerpo puede gestar vida. Así que en mi caso me sentía más feliz que nunca y eso fue el detonante necesario que desencadenó la concepción.


Durante el embarazo comencé a leer sobre diferentes tipos de partos (en el hospital, provocados, naturales, cesáreas programadas, salas de parto natural, incluso partos en casa, en casas de partos, en el agua, partos orgásmicos, etc....). Sabía que me inclinaba por el parto natural pero no sabía mucho más. Comencé a devorar información e incluso a acudir a hospitales a informarme de sus protocolos, a ver los lugares in situ y escuchar a los profesionales. Leí sobre la posibilidad de hacer un plan de parto pero se me hacía difícil contestar a tantas preguntas que todavía no tenían respuesta clara. Durante todo este camino disfruté muchísimo, leí todo lo que caía en mis manos sobre partos naturales (y el libro que me impactó y me abrió los ojos sobre el parto fue "El bebé es un mamífero" de M. Oddent. Este libro fue un despertar a lo que era parir con facilidad. Un auténtica revelación para mi). Comencé a tomar decisiones y la vida me llevó a escuchar una charla de comadronas especializadas en parto en casa. Una vez escuché los testimonios de las madres que allí estaban, supe que yo quería aquello. Quería sentir lo que aquellas mujeres habían sentido en el momento más importante de su vida, el nacimiento de sus hijos. David y yo nos abrimos a informarnos para ver si era nuestro estilo de parto y todo apuntaba a que si. Pasó un tiempo pero no me sentía del todo segura con la decisión de parto en casa y de nuevo volví a pensar en un parto natural en hospital. Pero como la vida es así de mágica, me llevó de nuevo a conocer a una persona que me presentó a la que sería mi comadrona de alma @immasarries. Una vez asistimos a la primera visita todo se decidió de forma inconsciente, nos enamoramos de aquella profesionalidad y naturalidad con la que nos explicó todo. Vimos a una profesional de los pies a la cabeza, con una larga experiencia detrás y una nueva forma de traer a un bebé al mundo, desde el respeto y el amor absoluto. No conocíamos esta manera ni estaba en nuestros planes pero en ese instante supimos que esa era, la profesional que nos acompañaría y esa era la manera en que queríamos que Oliver llegase al mundo.


De nuevo la vida se manifestó poniéndome delante varias opciones, varios puntos de vista y maneras de parir en las que, si quería ser coherente con mi verdad tenía que indagar dentro de mi para sentir cual de ellas despertaba mi verdad. Siempre pienso que cuando alguien nos inspira no es que nos esté enseñando algo, sino que está despertando algo que ya tenemos dentro, pero hasta ese momento dormido. Así que de nuevo sentí que con esta experiencia de camino a la maternidad fui descubriendo un poco más quien era yo ante esa experiencia y despertando una verdad potente que ya latía dentro de mi.


Continuará..........


Y tu, con que experiencias te has ido descubriendo?

Con que experiencias has ido despertando tu verdad?


Puedes escribirme a:

hello@evaalvarezart.com




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